Almas
Aquellas almas grandes que tuvimos
y estas de ahora, iguales y distintas,
siguen ardiendo y consumiendo vida.
Ardientes almas nuestras...
ávidas, delirantes, violentas, vengativas,
tenaces, hechizadas, sedientas,
con sus flamas en rojo, negro y blanco,
en gris, en amarillo y en violeta,
-iris y fuego-
sometidas al viento ineluctable,
al incendio...
Con cauda de cometas locos,
con colas y con crines de caballos apocalípticos
para imponer el miedo.
Ah! nuestras almas jóvenes!
aquellas que tuvimos y tenemos,
fieles a la gran aventura irreversible de la vida
y al signo irrevocable del acontecimiento,
siguen viviendo
a través de la sangre inextinguible,
en hélices y elípticas,
en el misterio.
Almas rudas,
flagrantes y filudas
como lanzas de acero.
Nuestras almas de ayer, de nunca y siempre,
ígneas, incandescentes, implacables,
ultravioletas, ultrarrojas, ultrasolares,
ardiendo...
Balada del recuerdo
Llueve una lluvia fácil... negligente.
Casi sin desazón. Casi sin ruido...
Y en un sitio del alma... en el olvido
los recuerdos me asaltan de repente.
Recuerdo cosas... cosas... todavía
como si todavía las viviera.
(Aquel amor que tanto me mintiera
acaso sin saber que me mentía).
Una ciudad tan buena como el trigo
surge de pronto en tierras desiguales.
Un calendario pulcro... sin señales.
(Voy por las calles de anteayer contigo).
Nuestras miradas con amor -sin dudas-
redescubrían cosas evidentes:
la tierra con sus árboles, las gentes,
nuestras manos vacías y desnudas.
La lluvia por las calles recorría
con el sol enredado en sus cristales.
-Noble ciudad de agudas catedrales
(Me cuentan que allí vives todavía).
Todo nos separaba y nos unía.
Un gesto, una canción, una mirada.
El amor era todo... y era nada...
y era eterno no más porque moría.
Y nadie puede sepultar sus muertos
tan verdaderamente sepultados
que no puedan volver, si recordados,
a los brazos amantes y desiertos.
Las horas no se pueden devolver
ni lo que en ellas fue pasión o grito.
(Aquí todo es igual porque está escrito
y ya no es cierto porque está en ayer).
Aquí todo es igual. Nada envejece
al margen de las horas sin fortuna.
El mismo grillo con la misma luna...
y todo como estaba permanece.
Y como en los recuerdos no varía,
el viento lleva aún sobre sus hombros
de aquella nube grande los escombros.
(Y nunca acaba de pasar el día).
Nuestros rostros se miran a través
de la lluvia o la luz recién nacida.
Aquí la muerte pasa inadvertida
bajo el verde implacable del ciprés.
Los rostros de este sitio no regresan
jamás al ejercicio cotidiano.
(Aquí mi mano vive entre tu mano.
Aquí los corazones no nos pesan).
Eres. Soy. Cuánta soledad en torno.
Aún vivo y vives. Sorprendente llama.
Viajamos bajo el sol. Sobre la grama.
(Aquí en el calendario no hay retorno).
Canción
Iba mi corazón
-caracol sin lamento-
impulsando, sangriento,
su pequeña canción...
Y luego la ilusión...
engaño...
ensueño...
La muerte grande...
lo demás, pequeño.
Ah qué inútil empeño
Corazón! Corazón!
Canción del amor fugaz
Envío:
A ti de alma profunda como un bosque de pinos.
Cómo adoré tu gesto ilusionario,
tu gesto sin igual,
tu gesto de ceniza y de metal
cómo adoré...
Tú y yo en la vida, en la muerte,
en la tormenta,
entre la tempestad.
Yo sedienta
y hambrienta
y arrecida.
(S.O.S. de soledad a soledad)
Cómo no haber amado tu gesto iIusionario,
si hacía tempestad
y la noche en tu gesto estaba confundida
ilusoria y tenaz como la vida?
Este recuerdo... Aurora boreal
este recuerdo...
hoja que al polvo vuelve
y del polvo retorna irreductible...
abisal...
Así el amor que fue.
Tu gesto de metal
cómo adoré!
( S.O.S. de tempestad a tempestad )
Mentira!
Como la hoja que en el viento gira
y torna
y vaga
y treme
y vencida y fugaz
victoriosa y vencida
el viento vengativo
en su brazo robusto la levanta,
así el amor que fue...
ilusorio
vario
vano
banal
imaginario
como en espejo ustorio repetido,
así el amor que fue...
(tu gesto de metal
cómo adoré)
Tu gesto distraído,
tu dinástico gesto
y el olvido
que en tu gesto venía confundido.
Tu gesto era tu voz que transcurría
fl como un agua cantando hacia el olvido.
(y yo adoré tu gesto distraído)
Y era la eternidad!
La del momento...
eterno en su ansiedad
y su osadía.
-Oyes el S.O.S. hambriento
que da mi soledad
en la iracunda noche
de tu noche y la mía?
(Alegría... Alegría!
Ya todo lo perdimos.
Podemos ir sin miedo entre la tempestad)
Canción para iniciar un olvido
¿Y para qué quieres un tesoro sino para perderlo?
¿Y si no es para perderlo, para qué quieres un tesoro?
Todo al ayer uncido.
Lo único que tengo es lo perdido.
Propiedad absoluta del pasado.
Conciencia de haber sido
y no ser más que aquel instante bello y preterido.
Yo soy aquella tan feliz criatura
que sintió la infinita quemadura
de tu caricia inmensa y generosa
y el aire de tu voz triste y amiga.
(Yo... yo... que soy tan pequeña
lo mismo que una hormiga)
Y si pasa la fuente rumorosa
lo mismo que un espejo que camina
y en el jardín la rosa con su espina,
arde aún más constante y más hermosa,
me digo: cuando muera...
la fuente seguirá
diciendo su mentira verdadera
y la rosa arderá
con más ardor quizá
que en la nuestra dorada primavera.
Otros días vendrán sin dejar huella,
sin ton ni son, sin gracia sin sentido.
Pero tú y yo vivimos. Vivimos sólo un día
y aquel que vive un día ya todo lo ha vívido.
(Larga vida tenemos como la mariposa
y una historia tenaz como la rosa).
La fuente pasa sin pasar. La fuente
a su desnudo espejo caminante
uncida va, sedienta y delirante,
de su gran albedrío prisionera
diciendo su mentira verdadera.
(Sólo me quedas tú, como la fuente
presa de su albedrío).
Sólo me quedas... porque te he perdido
y los duros espejos, blandamente,
con azogadas lunas rememoran tu frente
y te salvan del tiempo y del olvido.
(Indefinido
indefinidamente
tu rostro con mi verso confundido).
Que soy la misma. La feliz criatura
que sintió la absoluta quemadura
de tu caricia inmensa y generosa...
como quien dice: toda la dulzura,
la razón de la espina y de la rosa.
Cancioncilla
Cuando dejé de verte era verano.
En la sangre caliente renacía
un racimo de besos, y corría
un viento....un claro viento por el llano.
(Bien lo recuerdo amor...era verano)
Y quise retenerte.
¿Con qué lazo
había de atarte para no perderte?
( Cuerpo de agua en el cristal de un vaso )
Acaso...si te amarras mi lazo fue más fuerte....
que siendo tú la ausencia ibas cercano
como vida en el pulso de la muerte.
Al fin estoy contenta y tú lejano.
Tan lejano de nieblas y de olvido
que mueres en un verso arrepentido
en un tiempo de amor y de verano.
(Quizá no era el amor ni era verano).
Confidencial
Para mi amor yo quiero cada día
el pan sin odio, el vino sin pesares.
La voz cordial. La vida sin azares
y si se puede un poco de alegría.
Unos tuvieron el amor que pasa.
Otros tuvieron el amor que dura.
Yo tuve la canción. Sed y ternura.
(Pero quién por sus dones se solaza?)
Yo traía mi tiempo. El tiempo mío,
con atávicos sueños realizado.
y de él el corazón me fue colmado
como a un golfo de amor un mar sombrío.
Ni un minuto le queda al calendario
de lo que pudo ser y no fue nunca.
Mi historia en el pasar se queda trunca
y trunco queda el tiempo del himnario.
Transito por la pávida ceniza
que otros dejaron porque yo viviera.
He sido nada más una extranjera
asomada al desdén de la sonrisa.
Quise vivir mi vida en cada hora
exactamente, sin mayor alarde
y dije: ya me voy porque es muy tarde
y en ese instante despuntó la aurora.
El aire no alcanzó para mi aliento
de agraz ternura. Campo renadío.
Pues yo he vivido como vive el río
con limo, con estrella, con lamento.
Cómo volver el rostro de este olvido
que la lámpara anuncia sin recelo.
Si en cada atardecer fui contra el cielo
y contra el viento las palabras mido?
No disculpo mi nombre ni mi frente.
No me hago perdonar esta presencia.
Mi rostro es nada más el de la ausencia
y mi ausencia es mi rostro solamente.
Sin permiso de nadie, pienso y vivo
y paso por la vida que pasaba.
La vida no me pesa y me pesaba
con su juego pesado y agresivo.
Inauguro el instante en acto puro
con el oscuro cotidiano esfuerzo.
El verso no es trabajo pero es verso.
Vivir no es necesario y es muy duro.
Bajo la luz del sol, fiera y filante
-la que mide mi tiempo con cuidado-
yo voy pasando sin haber pasado
pues no pasa el pasado en un instante.
Del amor inocente
Por ti es la vida diáfana y ligera
y el dulzor en el fruto diluido
y es el trino y el viento en la pradera
y el perfume en el nardo preferido.
Por ti tiene razón la primavera
y la luz y la tarde y el sonido.
Y por ti el corazón arrepentido
vuelve desnudo y casto hasta su vera.
Por ti saben los ríos el camino
que conduce otra vez hacia la nube
y el viñedo la sangre para el vino.
Y hasta el lirio, sin índice ni huella,
por línea recta, sin saberlo, sube
su fiel aroma a la lejana estrella.
Esquema del amor en el tiempo
Estabas sin luceros en mi aurora de niebla
o en ansias marineras por mis playas salobres?
O en los caminos ásperos? O en arrecifes duros?
O en el tendido anhelo y el dolor de los hombres?
Porque en el día entusiasta de zumbidos remotos
ya presentí caricias de miel desprevenida.
Yo llenaría de risas infantiles la tarde
y de llanto creciendo mi confidencia ardida.
Estabas sin luceros -planeta soterrado-
amor puesto a la orilla de mi voz en el tiempo.
(Ya todos los caminos eran tan familiares
que hasta sabías la muerte de enredadera al sueño)
Transitabas confiado y yo te presentía
en las oscuras llamas de todas las pupilas.
El tacto de tu aliento apenas me llegaba
-anzuelo al pez de sangre por mis aguas tranquilas-
Dónde estarás ahora, raíz desenterrada:
detrás del metal trémulo de mi silencio frío?
te dolerá en la sangre mi oscura cabellera ?
te dolerá en los ojos este recuerdo mío?
En dónde estará ahora tu voz fija creciendo
sin que la pena viva de mi canción la cante?
Te manchará los labios mi ausencia como un vino?
Te dolerá en los huesos mi oscura voz distante?
O cruzaré tus aires como oscura paloma
con su muerte de cielo, de nube y de rocío?
Te doleré en los hombros como una enredadera
o seguirás pendiente de mi sed como un río?
Imágenes del amor
Yo te amo....
Yo te amo y lo digo así sencillamente
como si ya el recuerdo transitara tus años.
Como si ya mis ojos lloraran por tu ausencia
y como si tus besos ya supieran mis labios.
Yo te amo...
Yo te amo con crueles tiburones de sangre
entre cristales duros vigilando tu cuerpo.
Yo te amo en los arroyos calientes de mi vida
y en mis poemas trémulos.
Yo te amo...
Yo te amo con violetas espirales azules
en donde hay mariposas de amor en cautiverio.
En la frontera exacta que la caricia asume,
en el preciso límite donde el gemido es beso.
Yo te amo...
Yo te amo con un suave sabor a miel anclada
en donde hay golondrinas clausurando recuerdos.
En donde sabe el aire a atmósferas de frutos,
donde las manos corren caminos del deseo...
Yo te amo...
Yo te amo por mil voces de venas enemigas.
Por el grito lejano de mi sangre en el tiempo.
Por la ardorosa llama que se esconde en la nieve.
Por las hondas palabras que están en mi silencio.
Yo te amo...
Yo te amo por la rosa que guarda en sí la espina.
Por la muerte que apaga con sus ojos mi sueño.
Por las rebeldes lianas que las voces me anudan.
Por mi carne entusiasta, por mi vida y mis nervios.
Yo te amo...
Sufriendo...