Bernardo Pareja

Última actualización: Lunes, Abril 13, 2015 11:51 PM

Entrevista del autor Bernardo Pareja

Un maestro de la palabra  Carlos Fernando Gutiérrez Trujillo El Diario del Otún   El pasado 5 de noviembre falleció en Quimbaya (Quindío) el poeta Bernardo Pareja. Sus obras Arcilla iluminada (1953), Limo constelado (1988), Celajes contra el azar (1997). Reconocido como uno de los últimos poetas del Gran Caldas que representa una generación que le rindió culto al lenguaje, en contracorriente con la poesía telúrica que imperaba en su momento. Un texto que lo recuerda.   Emprendimos el camino de la tarde, llevando en nuestros bolsillos un olor de cafetales húmedos. Caminos de tierra. Entre recuerdos y paisajes campesinos, nos aventuramos por la vereda Palermo en Quimbaya, Quindío.   Hacía días habíamos acordado la cita con el maestro. Alguno de nosotros recordó su imagen: con la pipa y su boína, masticando la más sabia palabra. A las cuatro arribamos a su tradicional morada: la finca Amerindia. Allí entre un olor de mandarinas y aromas de café recién molido, nos esperaba el escritor Bernardo Pareja. Nunca falta el asombro ante este cultor de la literatura. Un abrazo de viejos amigos y la más fresca tarde para conversar de libros, anécdotas y buena poesía.    Bernardo Pareja, es quizás uno de los últimos poetas del Gran Caldas, que representa a una generación de escritores que le rindieron culto al lenguaje. Autores cuya visión estética de la literatura, los llevó a crear una cultura decantada y purista.   Ellos fueron los primeros autores que conectaron la literatura provinciana o regional, con la más selecta e importante universalidad artística. Gracias a este grupo de escritores, nuestras comarcas campesinas se alimentaron de las vertientes más cosmopolitas y clásicas. Nuestro escritor nació en Quimbaya Q. en el año de 1918.    Entre olores de café fabricado en casa, el maestro nos invita a compartir su palabra en su biblioteca personal. Allí entre libros, autores y su memoria prodigiosa, vamos desandando lo más selecto de la literatura clásica universal. Asombra creer que entre surcos y platanales se haya erigido un hombre con una sapiencia tan singular.   Para quienes dicen que es poeta insular, esto se debe a que su lenguaje y su cultura, han trasgredido las fronteras locales. Pareja pertenece a esa pequeña estirpe de autores que no se dejaron obnubilar por los versos fáciles y trasparentes y buscaron la palabra trascendente y atemporal. Su búsqueda poética van más allá de los significados inmediatos y circunstanciales. Es buceador de temas herméticos y trascendentales. Su poesía no pertenece a este tiempo. En medio de tanta rapidez y levedad posmoderna, no hay lugar para degustar y digerir obras que impliquen estudio y relecturas. Verdaderamente este no es su tiempo, maestro.   A estos poetas, como a los pájaros de monte, les cambiaron su hábitat esencial. Sus raíces líricas deben buscarse en “las profundas fragancias existenciales”, como lo dice nuestro amigo Emilio Arboleda.     Su primer libro de poemas “Arcilla Iluminada” lo publicó en el año de 1953. De este libro le han sobrado adjetivos de “luciferino”, “poeta del mal”. Hoy valoramos que su intención fue ir en contracorriente de una poesía preciosista y simple de la época. Después vienen los poemarios: “Limo Constelado (1988) y Celajes contra el azar (1997). Aquí encontramos un ser más ensimismado en pulir un lenguaje y abrir nuevos significados al idioma español.   Él se niega a reducir la riqueza léxica a unos cuantos vocablos fáciles. Bien lo decía Wiggesttein: “los límites de mi mundo, son los límites de mi lenguaje” y el maestro desea explosionar los significados para abrir otras posibilidades expresivas.   Como un alquimista de la palabra, poco a poco va dejando su huella en nuestra memoria al pasar de un tema de la historia local, de antepasados indígenas, a un hecho trascendental de la antigüedad Persa. Este hijo de pioneros de la colonización antioqueña, aún guarda en sus manos las huellas de una vida campesina, viendo madurar cafetales en octubre y creando imágenes como un antiguo escaldo o zahorí. La condena para los que se detienen del vértigo del presente es un aparente olvido.   Aquellos que escuchan el silencio de la palabra que trasciende, sólo buscan la belleza esencial. A estos hombres sólo los acogerá la inmortalidad. Pasarán muchos años para que nos detengamos, sin premuras, en la poesía de Bernardo Pareja y encontremos una veta rica en simbologías profundas para la humanidad. Quienes se acerquen al verso fácil y busquen la demasiada claridad, vivirán únicamente en el presente. Sus temas no estarán conectados al fluir de herencias universales.    Continúa esta espontánea tertulia. Hablamos de las generaciones de poetas españoles, de los simbolistas franceses, de guerras griegas y romanas, de Barbajacob y León de Greiff, de la cultura alemana. Poco a poco prosigue la tarde entre tórtolas y vientos que vienen de las montañas quindianas. Un vaho de platanales húmedos impregna este encuentro, donde se invoca la más selecta literatura. Una pausa, el maestro enciende su pipa, un olor antiguo llena los frescos corredores. Doña Julia, la eterna compañía del poeta, nos comparte una taza de café. Lo degustamos entre las letras de su bambuco “Tierra quindiana”. Palabras de un escritor que lleva la música en sus palabras.    Llega la hora de despedirnos. El maestro nos lee algunos poemas de sus libros inéditos. Su oficio persistente de poeta y ensayista se mantiene. El tecleo insistente, en su vieja máquina, le permite mantener su vocación de escritor activo. La búsqueda de un verso esencial o un concepto único se cumple, como un rito, todas las mañanas. Bien lo dice Carlos Castrillón: “Sólo la palabra es protagonista de esta poesía, pero es una palabra cuyas razones de ser se nos escapan. Si ya lo “sibilino” no permite justificar una poética, ¿qué la sustenta? Tal vez sólo la persistencia del poeta y su desdén por los sufridos lectores. Como tantos, el poeta ha estado en el Hades y nos habla de sus misterios, pero no nos dice esos misterios”. Mientras tomamos el camino de regreso, la noche torna el paisaje en sombras. Nos queda la memoria compartida.   Las ganas de volver pronto a detenernos en la palabra del maestro y realizar un estudio serio y crítico sobre su poesía. Las nuevas generaciones estamos en deuda con nuestros grandes poetas vivos.   La algarabía del mundo no permite escuchar estas voces esenciales que han iniciado unas búsquedas estéticas y hoy son nuestro patrimonio espiritual y literario. Un abrazo maestro y gracias por su generosa palabra.

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Última actualización: Lunes, Abril 13, 2015 11:44 PM

Sobre el autor Bernardo Pareja

BERNARDO PAREJA COMO LECTOR: CRÍTICA Y POÉTICA EN ARGONAUTAS DEL ESPÍRITU Carlos A. Castrillón, Vivian C. Rojas, Laura M. Echeverri   INTRODUCCIÓN El panorama más completo sobre la evolución de la crítica literaria en Colombia, el de Jiménez Panesso (1992), permite comprender los diferentes modelos, intenciones y paradigmas que han determinado el ejercicio crítico en nuestra historia literaria. En el Quindío no se ha logrado compendiar la producción crítica iniciada por los escritores que se dieron a conocer en la década de los años cuarenta, pero un recorrido por la obra de autores muy distintos en método y en formación permite poner de presente la existencia de dos tradiciones: Una crítica que se vale parcialmente del impresionismo del lector cultivado y erudito, que confía en el valor de su gusto, y otra que se genera en el ámbito académico al amparo de las teorías literarias que se suceden como modelos de interpretación de la labor creadora. La primera tiene como canal natural el periódico y la revista y como género específico el ensayo; muy rara vez estos críticos asumen tareas de largo aliento. La segunda se expresa en el artículo científico, que a menudo se publica en conjuntos monográficos y en revistas especializadas. La única aproximación conocida al ensayo literario en el Quindío fue realizada por el académico Héctor Ocampo Marín, quien en dos publicaciones sucesivas (2001, 2004) ha abordado el problema con intención historiográfica. Este primer aporte brinda pistas documentales pero no tiene por objeto establecer criterios para el estudio de tendencias y campos de aplicación. Sin embargo, la amplitud de la tarea permite conclusiones muy importantes: No es un despropósito afirmar que hay una notable desemejanza entre la literatura ensayística aparecida antes de la sólida y transformadora labor cultural de la Universidad del Quindío, en contraposición con la tarea ensayística que se ha venido realizando después. Los ensayos anteriores se caracterizaban por el tono lírico y amable primor expresivo. Los ensayos trabajados y conocidos después, a partir del auge de los centros de enseñanza superior en la ciudad de Armenia, muestran una sostenida insistencia analítica, especialización temática y una honesta sustentación bibliográfica (Ocampo Marín, 2004: 315). En este contexto, el estudio y edición de los ensayos que Bernardo Pareja recogió bajo el título es el producto de un proyecto de investigación que se adelanta en la Universidad del Quindío acerca de la crítica literaria de la región. Este proyecto tiene como propósito recuperar y analizar en sus fundamentos teóricos y metodológicos la tradición crítica de escritores como Bernardo Pareja, Jorge Ramos, Humberto Jaramillo Ángel y Julio Alfonso Cáceres, entre otros. Leer el artículo completo en: http://blade1.uniquindio.edu.co/uniquindio/revistainvestigaciones/adjuntos/pdf/af68_n21012.pdf  

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Última actualización: Lunes, Abril 13, 2015 11:27 PM

Textos del autor Bernardo Pareja

El ángel desterrado Omnipotencia del abismo oscuro y emperador del palacio ignito. ¡Ah, ya sé…! Tú también eres infinito y dueño de un pensamiento puro. Eres tétrico, pero jamás impuro, en tu vejada caverna de granito. Los obcecados ángeles del mito te llaman réprobo de pávido conjuro. ¡Oh, Satán…! Fuiste príncipe de las alturas y hoy centinela fiel de las negruras del infierno donde sueñas silencioso; eres magno artífice de epinicios allá en tus insondables precipicios donde vibra tu grito proceloso.   Exhalaciones del sol naciente Alegres danzan las libélulas en aguas de la alberca. La lluvia, noble samaritana, sed a las eras calma. Júbilo de nemorosa hontana arrulla la mañana. Dominio oscuro del silencio, sin rumores, sin ecos. Palomas del sol a los milanos abrazan con sus dardos. Cocuyos decoran y orifican el manto de las sombras.   Voz sin motivo La soledad canta en la colina de los sueños, cuando la brisa nocturna embriaga el silencio. Y viene el milagro del día Por caminos iluminados.   Mi vida, en la angustia congelada, Espera con placidez unciosa la noche inanimada y sin auroras de la Muerte.   ¡Oh, sabiduría del sueño…! Me duele en el alma un amor. El alba la llevo en mi corazón.       Exégesis Digan cuando yo me vaya: fue un marino que ancló su esquife en el puerto de la vida. Sintió la sed del desierto y las inclemencias ferales del destino.   Fue un desolado. Fue un luciferino que llevó feliz el corazón abierto para la siega de los sueños. (El huerto de su pavor tenía un río cristalino).   Volvió un día a su esquife destrozado a dialogar con el mar. Abandonado soñó sobre ondas de augusta claridad.   Fue un marino y ha vuelto al mar con el corazón recóndito anhelo de remar hacia la isla de la eternidad.  

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Última actualización: Lunes, Abril 13, 2015 11:11 PM

Cronología Bernardo Pareja

Última actualización: Lunes, Abril 13, 2015 11:09 PM

Biografía Bernardo Pareja

Bernardo Pareja   (1918 - 2011) Este poeta nacido en el municipio de Quimbaya es uno de los pocos que quedan, por no decir que el ultimo, de principios del siglo XX.   Su obra, que inicia cuando escribe sus primeros sonetos a la edad de 19 años, ya dejaba vislumbrar su espíritu rebelde, no sólo de pensamiento sino también de forma, ya que nunca perteneció a la parafernalia de ninguna corriente literaria. Gracias a esto, pudo abrir un camino novedoso y transformador en la poesía colombiana.   Su primer libro de poesía “Arcilla Iluminada” lo escribió en el año de 1940, libro que posteriormente fue editado en 1953. Humberto Jaramillo Ángel, en el prólogo de esta obra, hace el siguiente comentario respecto al trabajo del poeta Bernardo Pareja: “En su universo alientan espíritus enfermos. En sus cantaros hay aguas luminosas. Su vino esta hecho de jugos terribles. Su huerto interior está guardado de viejos cancerberos y en su noche tétrica no brilla una sola lámpara de consolación y de esperanza. (...) Es frenético. Es humilde y soberbio. Impreca a Jesús y a Luzbel. Cree en el Cielo y delira con verse hundido en las llamas del infierno”. La poesía de don Bernardo Pareja, parece reflejar la angustia del ser humano. Un ser humano que no puede encontrar su futuro, siempre esta pensando en su presente y en su pasado oscuro. Por eso mismo, Las palabras empleadas en la narrativa de este poeta logran recobrar el valor de síntesis, y como el mismo lo expresa; “es desde la oscuridad de donde se puede ver brillar mejor a las estrellas y es del polvo de donde se levanta para escuchar la música de los astros”.   En su segundo libro “Limo Constelado” escrito en 1988, la pasión por lo impronunciable se traslada al lenguaje. En el prólogo de esta obra Gabriel Jaime Gómez anota lo siguiente: “hay que conocer al hombre para saber de donde viene esta poesía, a veces tan alambicada y críptica, y entender que se trata de una creación de talante existencial. Es una obra para élites, capaces de hollar en las canteras de la cultura universal para entenderla”.   Las palabras de don Bernardo sintetizan la respuesta a este comentario. La poesía debe existir en espacio tiempo, y ojala este bastante alejada de lo popular”.   Después de este libro, escribe “Celajes contra el Azar” en 1997. En esta obra ya aparece más apaciguado y nostálgico, a veces casi idílico, aunque de vez en cuando la presencia de lucifer hace por ahí su aparición espontánea. En los tres últimos años la producción poética de don Bernardo ha sido considerable. Libros inéditos como “Erotemas del Adanida” “Poemario Occidual” y un libro de ensayos titulado “Argonautas del Espíritu” donde hace una valoración universal de los indeclinables luminares del espíritu y la cultura humanos, descansan en su extensa biblioteca en espera de que algún editor los acoja en su seno.

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