Carlos Alberto Castrillón

Última actualización: Martes, Abril 14, 2015 9:02 AM

Entrevista del autor Carlos Alberto Castrillón

Carlos Alberto Castrillón en luna de locos   Cerca de 40 poetas se dieron cita en Pereira, del 20 al 24 de agosto, en el 7° Festival Internacional de Poesía, Luna de Locos. Entre nacionales e internacionales estuvo Carlos Alberto Castrillón, cuota de la universidad del Quindío. Castrillón, docente del programa de licenciatura en Español y Literatura, y magíster en literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira, ha publicado cuatro libros de poesía y cerca de 30 libros con temáticas literarias y académicas.“No releo los libros académicos porque no tienen un vínculo afectivo conmigo”, dice el poeta y ensayista, que entre poemas practica su pasión por arreglar computadores. “Yo estudié ingeniería de sistemas, no me gradué nunca de ingeniero sino de tecnólogo, a consecuencia del terremoto de 1999, momento en el cual tuve que interrumpir los estudios”.¿Cómo fue su experiencia en Luna de Locos?El festival tenía dos componentes muy interesantes, primero la poesía indígena colombiana y segundo la poesía afrodescendiente colombiana. La experiencia fue muy valiosa porque había una conjunción de culturas; la poesía tradicional, más la del Pacífico y la de los pueblos indígenas contemporáneos. Es significativo que en un festival como este se logre que distintas formas de expresión puedan conversar.De los poetas invitados al festival ¿con cuál sintió más afinidad?Pues con muchos, de varios ya soy amigo y comparto, por ejemplo con William Ospina. Con Andrés Morales, poeta chileno, al cual yo no conocía, existió una charla muy chévere y con los tres poetas indígenas Hugo Jamioy, Vito Apüshana y Fredy Chicangana, poetas contemporáneos que han ganado muchos premios, hubo gran empatía.¿Quería conocer a alguno de los poetas invitados en particular? Sí, a Daniel Samoilovich, porque es un poeta muy importante, que marcó toda una etapa de mi trabajo en los años 90, pero yo lo había conocido solo a través de los libros. Verlo y poder hablar con él, compartir inquietudes, decirle lo que su obra literaria significó en mi trabajo y mostrarle mi poesía fue muy importante, logramos intercambiar libros.¿Estuvo presente en todo el festival? ¿Cómo fue su vinculación al evento?Estuve una semana. Tuve participación jueves, viernes y sábado leyendo poemas y ofreciendo algunas conferencias, como ‘Maneras de mirar la joven poesía colombiana’, donde estuve acompañado por Pablo Montoya, William Ospina, Flobert Zapata, Juan Felipe Robledo y Rubén Darío Sierra.¿Cómo ve a los jóvenes poetas colombianos?Pues como decíamos allá en el festival, los poetas hoy cuentan con posibilidades a las que poetas anteriores no pudieron acceder, por ejemplo, las formas de difusión de la poesía han cambiado, ahora cualquiera puede publicar un libro digital y distribuirlo sin ningún problema, mientras que antes era un proceso complejo, muchos no podían hacerlo y así morían muchas obras. Ahora los poetas tienen esas amplitudes de distribución de sus obras y si son buenos poetas pueden surgir y si no quedan olvidados entre miles de millones de textos que circulan en la red.¿Siente que con las nuevas tecnologías y las nuevas generaciones la poesía ha sido echada al olvido?No, en absoluto, simplemente la poesía ha cambiado. Un grafiti es poesía, una fotografía es poesía, un buen vídeo es poesía, la cuentería tiene su forma de poesía, entonces la poesía ha cambiado los lenguajes, los soportes. Los poemas ya no son solamente palabras escritas en el papel.¿Qué piensa de las publicaciones digitales?Me parece muy bien, yo tengo casi todos los libros recientes en formato digital. Los obsequio en formato digital y algunos, cuando yo tengo el derecho, los monto en la nube para que cualquiera los pueda descargar y leer. Eso sí, si el libro es comercial o tiene los derechos una editorial no se puede montar en la red.Enviar libros al exterior cuesta mucho dinero, se hace entonces muy difícil compartirlos con lectores y autores lejanos, así que un buen PDF ayuda bastante.¿De dónde nace su deseo por escribir poesía?Yo escribo poesía desde hace muchísimos años, desde 1980. No es algo que haya ocurrido recientemente. Son vocaciones, formas de expresión, cada uno encuentra la forma de expresarse.¿Cómo definiría su estilo de poesía?Es difícil de definir la poesía de uno, yo diría que es poesía contemporánea colombiana. Es decir poesía que trata de los asuntos del ser humano contemporáneo, por eso me motivan los problemas del hombre contemporáneo, es decir la forma como se vive, como se trabaja, como se sufre, eso es lo que más me preocupa.De los poemas que ha escrito ¿cuál es su favorito?Podría ser ‘Poema del abandono’, ese poema para mí es muy importante, a alguna gente le gusta, pero digamos que no es un poema que guste tanto como otros, pero para mí es muy importante porque es vivencial. En general los poetas contemporáneos no escribimos mucho sobre la vivencia personal, generalmente escribimos sobre ideas más universales, pero ese poema sí nació de una vivencia personal, es decir escribirlo fue una especie de catarsis, como algo que era necesario escribir para matar a un demonio. Es un poema de una separación, y las separaciones siempre son dolorosas.Ahora, hay uno que siempre cuando voy a festivales me piden que lea, es un poema que se titula “A mi casa” comienza diciendo “a mi casa solo llegan los mendigos”. Hay poemas que impactan más que otros. A mí me interesa más el poema que le interese al otro.¿Cuál es su poeta favorito?Son muchos, pero uno muy importante para mí por ejemplo es Roberto Juarroz, poeta argentino, sumamente importante en la poesía, influyente en toda latinoamérica, con una poesía profunda, increíble que siempre significa muchas cosas. También la poesía japonesa me gusta por la delicadeza, por la brevedad, yo escribo Haikú, uno que tengo aquí dice “Bajo techo una espiral desnuda, un caracol violento”. Entonces son poemas muy breves, precisos, un poco misteriosos, el sentido como que no se capta bien pero puede brindar una imagen, me gusta mucho esa poesía.¿Cuál es el poeta colombiano que le ha marcado su trayectoria?Jose Manuel Arango, porque era un gran poeta, un poeta muy urbano, pero al mismo tiempo de una sensibilidad muy profunda y porque también era amante de la poesía japonesa, fue traductor de ella.¿Cuál es el libro que más ha releído?El libro de Ryokan ‘El gran tonto’, porque Ryokan fue un poeta japonés muy importante para mí, muy importante para la poesía japonesa y yo hice la traducción de ese libro, siempre lo comparto con la gente, se lo entrego a alguien cuando deseo compartir un gusto en particular con la poesía, ese libro siempre está presente en versión física y digital. Como está en google books me es más fácil compartirlo con la gente.¿Una reflexión para jóvenes que deseen dedicarse a la poesía?Leer mucho. No se puede escribir sin leer, la escritura nace de la lectura.  

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Última actualización: Martes, Abril 14, 2015 9:00 AM

Sobre el autor Carlos Alberto Castrillón

Las abluciones del poeta En 2010, Carlos Castrillón (1962) publicó el Libro de las abluciones, en la colección 50 poetas colombianos y una antología, de la editorial tolimense Caza de libros. Siete años antes, Tramar ediciones, sello dirigido por los poetas Gustavo Rubio y Luis Eduardo Isaza, dio a la imprenta Compendio de virtudes y (alabanzas), tercer poemario del docente universitario. Miembro de una generación doblemente significativa por ser la primera nacida en el Quindío, antes los doce municipios del hoy pequeño departamento pertenecían a Caldas, y por vincular su trabajo intelectual al ámbito académico, Carlos Castrillón es sin duda, y a pesar suyo, el oráculo de la comarca. Sus opiniones sobre los literatos que lo antecedieron son, debido al rigor de su trabajo pero también a la falta de otras miradas, material de obligada consulta a la hora de abordar la bibliografía quindiana. A finales de los ochenta, junto a Juan Aurelio y Jorge Iván García, funda en Armenia el Grupo Sonorilo. Por esas fechas circulan en Calarcá Kanora y Termita, revistas en cuyas páginas aparecieron los nombres hoy reseñables de la vida artística local: Elías Mejía, Martha Lucía Usaquén, Gloria Inés Rodríguez, José Nodier Solórzano, Fabio Osorio, Carlos Alberto Villegas, Humberto Senegal, Orlando Montoya y un etcétera más bien corto.El poemario en comento está dividido en cuatro secciones, una de ellas dedicada al haikú, forma poética japonesa introducida al Quindío por Humberto Senegal. Allí, Castrillón despliega una colección de fotografías tomadas al calor de un instante juzgado como decisivo –no encuentro mejor manera para hablar del Libro de los motivos que utilizando la muy socorrida teoría de Cartier- Bresson. En una lectura inicial la sensación predominante es la de asistir al espectáculo de un ironista jugando a modo de inocente divertimento con materiales conocidos gracias a cierta inclinación por el exotismo. El mencionado ironista decide sacar conejos de la chistera ante un auditorio acostumbrado al romanticismo tardío de Baudilio Montoya, a la pirotecnia metafórica de Julio Alfonso Cáceres o al hermetismo de Juan Restrepo. Sin embargo, tal cosa lo es sólo a medias. Sí, en efecto, hay haikús divertidos, siendo la naturaleza de estos la contemplación casi paisajística en clave urbana sin menoscabo de las exigencias formales del género. Pero los hay también fieles a la tradición. Aunque sin llegar al humorismo fácil de Guillermo Gavilán, Castrillón acomete antihaikúes desacralizantes: miro con atención/ no es tan blanca/ la luna; hipertextuales: la tumba de Cavafis/ es la Ítaca original/ dice el peregrino. A otros, respondiendo al imperativo de los puristas, les imprime un tono rural: leña para el fuego/ anochece/ en las casa de los vecinos. El momento culminante del conjunto combina la práctica campesina de medir la distancia a partir de rasgos del caminante con el aislamiento y el anonimato, marcas distintivas de la ciudad: fría la sopa/ mi casa/ a mil tabacos de distancia. Estos versos conectan con la soledad del yo, obsesión expresa en la poética de Carlos Castrillón. Dicha experiencia casi siempre asume la vestimenta del fracaso sentimental originado por la impostura y el paso del tiempo: cuando se conocieron/ él aseguró que le gustaba la música/ (…) Hoy la luna pasa por la noche/ sin dejar huella. No obstante, y contrario a lo expuesto por Diego Pineda, Castrillón no ironiza al respecto, simplemente deja constancia de un abandono buscado porque la mujer, la imagen de la mujer presente en su obra, no llena el vacío bellamente descrito en Problemas del hombre contemporáneo. A fin de cuentas, la única felicidad que le interesa al poeta está a menos de dos metros de distancia.Mientras para Elías Mejía la hembra cobra las características de la femme fatal del cine negro, léase sino la descripción del Poema de dieciocho quilates, para Carlos Castrillón es una elusiva sombra en la cual toman forma sus referentes librescos, ahí están los gatos dispersos en la falda e Hipacia, la hereje, para corroborarlo. Mientras para Humberto Senegal lo femenino se restringe a una cavidad anal –Amada, entrando por entre tus nalgas de durazno… (Afrodisia)– y para Juan Aurelio García ese misterio tiene el rostro dual de Rossi y la sierra, para Castrillón es una revisitada Cenicienta dormida en espera de la segunda erección.   Tomado de: Crónica del Quindío  

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Última actualización: Martes, Abril 14, 2015 8:57 AM

Textos del autor Carlos Alberto Castrillón

BERNARDO PAREJA COMO LECTOR: CRÍTICA Y POÉTICA EN ARGONAUTAS DEL ESPÍRITU Carlos A. Castrillón, Vivian C. Rojas, Laura M. Echeverri   INTRODUCCIÓN El panorama más completo sobre la evolución de la crítica literaria en Colombia, el de Jiménez Panesso (1992), permite comprender los diferentes modelos, intenciones y paradigmas que han determinado el ejercicio crítico en nuestra historia literaria. En el Quindío no se ha logrado compendiar la producción crítica iniciada por los escritores que se dieron a conocer en la década de los años cuarenta, pero un recorrido por la obra de autores muy distintos en método y en formación permite poner de presente la existencia de dos tradiciones: Una crítica que se vale parcialmente del impresionismo del lector cultivado y erudito, que confía en el valor de su gusto, y otra que se genera en el ámbito académico al amparo de las teorías literarias que se suceden como modelos de interpretación de la labor creadora. La primera tiene como canal natural el periódico y la revista y como género específico el ensayo; muy rara vez estos críticos asumen tareas de largo aliento. La segunda se expresa en el artículo científico, que a menudo se publica en conjuntos monográficos y en revistas especializadas. La única aproximación conocida al ensayo literario en el Quindío fue realizada por el académico Héctor Ocampo Marín, quien en dos publicaciones sucesivas (2001, 2004) ha abordado el problema con intención historiográfica. Este primer aporte brinda pistas documentales pero no tiene por objeto establecer criterios para el estudio de tendencias y campos de aplicación. Sin embargo, la amplitud de la tarea permite conclusiones muy importantes: No es un despropósito afirmar que hay una notable desemejanza entre la literatura ensayística aparecida antes de la sólida y transformadora labor cultural de la Universidad del Quindío, en contraposición con la tarea ensayística que se ha venido realizando después. Los ensayos anteriores se caracterizaban por el tono lírico y amable primor expresivo. Los ensayos trabajados y conocidos después, a partir del auge de los centros de enseñanza superior en la ciudad de Armenia, muestran una sostenida insistencia analítica, especialización temática y una honesta sustentación bibliográfica (Ocampo Marín, 2004: 315). En este contexto, el estudio y edición de los ensayos que Bernardo Pareja recogió bajo el título es el producto de un proyecto de investigación que se adelanta en la Universidad del Quindío acerca de la crítica literaria de la región. Este proyecto tiene como propósito recuperar y analizar en sus fundamentos teóricos y metodológicos la tradición crítica de escritores como Bernardo Pareja, Jorge Ramos, Humberto Jaramillo Ángel y Julio Alfonso Cáceres, entre otros. Leer el artículo completo en: http://blade1.uniquindio.edu.co/uniquindio/revistainvestigaciones/adjuntos/pdf/af68_n21012.pdf

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Última actualización: Martes, Abril 14, 2015 12:27 AM

Cronología Carlos Alberto Castrillón

Última actualización: Martes, Abril 14, 2015 12:25 AM

Biografía Carlos Alberto Castrillón

Carlos Alberto Castrillón   Carlos A. Castrillón (Armenia, 1962) Poeta, ensayista y traductor. Ganador del premio nacional de poesía del “Festival Mundial de la Juventud ” (1985). Ha publicado los siguientes libros de poesía: El rostro de los objetos (1990), Diccionario de humana anatomía (en coautoría con Juan Aurelio García, 1998) y Compendio de virtudes y alabanza (2003). Es profesor de literatura en la Universidad del Quindío. Ver el perfil completo del autor: Carlos Alberto Castrillón.

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