Por Pablo Gamboa Hinestrosa Profesor Historia del Arte Universidad Nacional de Colombia En la región del Quindío, en 1890, cerca del pueblo de Filandia, los guaqueros sacaron un ajuar funerario en oro y cerámica, depositado alrededor del 250 d. C. –según María Alicia Uribe, del Museo del Oro– correspondiente al estilo "quimbaya clásico". Por su riqueza, rareza, cantidad y diversidad de objetos rituales o de sus suntuosos atuendos –exquisitas obras de arte de la más refinada orfebrería–, con un número indeterminado de piezas, constituidas como símbolos religiosos o emblemas jerárquicos precolombinos, sólo 123 piezas de esta ofrenda, son las conocidas como "El Tesoro de los Quimbayas". Un siglo después de su descubrimiento, de haberse expuesto en 1892, durante el IV Centenario de América, en Madrid, y de su donación a la Corona Española, nos proponemos hacer algunos planteamientos sobre estos hechos desde la problemática de la identidad y el patrimonio cultural. Texto Completo: El tesoro de los Quimbayas, un siglo después
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