Textos del autor Luis Vidales

AQUÍ, LA VISITANTE

Es una tenue voz casi un color desvanecido

ha entrado por el muro por donde llegan los fantasmas

sé perfectamente lo que me dice pero no quiero

contarlo en el poema

es como un dibujo lila por efecto de la distancia

todas las noches está ahí en el mismo sitio

y aunque no lo quiera traza el diseño de cuerpo entero

el alto y precioso diseño de quien la envía

será esa la voz que dice yo la oigo la oigo

soy Liliola vengo a golpear a tu puerta

porque es una puerta el pecho

y él se abre en mí de par en par en la infinita noche.

 

 

ORACIÓN DE LOS BOSTEZADORES

Señor

Estamos cansados de tus días

y tus noches.

Tu luz es demasiado barata

y se va con lamentable frecuencia.

Los mundos nocturnales

producen un pésimo alumbrado

y en nuestros pueblos

nos hemos visto precisados a sembrarle a la noche

un cosmos de globitas eléctricas.

Señor.

Nos aburren tus auroras

y nos tienen fastidiados

tus escandalosos crepúsculos.

¿Por qué un mismo espectáculo todos los días

desde que le diste cuerda al mundo?

Señor.

Deja que ahora

el mundo gire al revés

para que las tardes sean por la mañana

Y las mañanas sean por la tarde.

O por lo menos

-Señor

si no puedes complacernos

-Señor-

te suplicamos todos los bostezadores

que transfieras tus crepúsculos

para las 12 del día.

Amén

 

LAS NUBES

Las nubes son almas de mujeres

que perecieron ahogadas.

Mentira

Las nubes son las ropas blancas

que el viento se lleva

de los alambres de los patios.

también mentira.

Porqué

-¿ Las nubes?-

Naciones que hacen el mapa del cielo.

Continentes

paises

islas

las manchas blancas de las nubes.

¡oh! mi patria

mi única patria.

 

LOS  PARAGUAS

El palo de los paraguas

sopla sus globos de seda

para que el cielo los insulte.

Pero los paraguas son cínicos

y se alejan bajo la lluvia

en una panorámica desbandada

de cupulitas negras.

Y cuando los días claros

vengan dándole vuelcos

a los cielos infantiles

los paraguas se quedarán en

y mirarán por la ventana

pasar las nubes

y acaso se pregunten

quién los ha desterrado

de su patria azul.

 

A   UNA   FLOR

Tú tienes un alma

que sube por el tallo

y te alumbra.

Pero tu alma no sabe hablar

ni sabe quejarse

ni discurrir sobre las cosas.

Yo quisiera  -oh pequeña flor

absorta en la materia-

darte del alma intelectiva

porque a mí me pesa mucho toda la que llevo

y a tu alma le falta

un poco de dolor.

Última actualización: Miercoles, Abril 08, 2015 10:05 AM
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